
La corrida dió poco más de sí. Luis Bolívar tuvo que desistir de comenzar el muleteo al segunso citando desde los medios y acabó haciendolo en terrenos de tablas, como buenamente pudo. Con el quinto las cosas empeoraron, pues el animal huía de los engaños.
También fue breve la lidia del tercero, un feo sobrero de la misma ganadería tituñar que sustituyó a un inválido devuelto a los corrales. Miguel Tendero lo pasaportó con ligereza e intentó quitarse pronto del medio con el tontón y flojo sexto.
Plaza de Toros de Valdemorillo (Madrid). 7 de febrero.3º y última de feria. Menos de tres cuartos de entrada.
Toros de Antonio San Román, desiguales y bastos de hechucras, mansos, descastados y con mal estilo.
Curro Díaz: silencio y oreja.
Luis Bolívar: ovación y silencio.
Miguel Tendero: silencio y ovación.
Imagen de Curro Díaz con la oreja de Valdemorillo
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