domingo, 7 de febrero de 2010

Leandro pierde la puerta grande de Valdemorillo por la espada.

Del capote y muleta de Leandro surgieron los primeros brotes verdes de la temporada, la primera ilusión en tiempos de crisis. El de Valladolid toreó muy bién y cuajó do faenas plenas en sabor y buen gusto. Leandro, que abusó ante el bravo y nobilísimo segundo de buscar la figura bien compuesta, despertó y toreó de verdad en una serie de naturales en la que llevó muy largo y muy despacio al precioso ejemplar de Peñajara.

También cortó un trofeo Miguel Abellán del primero, tan noble como blando. Toreó muy templado en el recibo a la verónica, y en eese tono siguió en la faena de muleta en la que destacaron algunos muletazos de buen trazo.

Alberto Álvarez tuvo en primer lugar un toro que tenía mucho que torear. Nunca volvió la cara, siempre dispesto, aunque evidenció la lógica de la falta de quién torea poco. No tuvo suerte con el sexto, que se apagó enseguida. Este último toro fue el peor de una buena y bonita corrida de Peñajara.


Plaza de Toros de Valdemorillo (Madrid). 6 de febrero. 2º de feria. Casi tres cuartos de entrada.

Toros de Peñajara, bien presentados y variados de capa.

Miguel Aballán: oreja tras aviso y silencio.
Leandro: ovación y oreja.
Alberto Álvarez: aplausos y silencio.

Imagen de Leandro en una de sus faenas en Valdemorillo.

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