jueves, 6 de mayo de 2010

Toque de atención de Miguel Tendero en Sevilla.

De repente, el toro parecía mejor y era como si el viento soplara más suave. El misterio no era tal, si no que suele suceder cuando un tío se atornilla en el suelo y arrastra media muleta, y después de un pase la deja puesta por delante sin quitarse del sitio, e imanta la embestia, y entonces el toro se encela en la tela, y cuando quiere distraerse, el torero busca la colocación para que no se pierda el hilo de la series, para que no haya pausas, para que cuando el enemigo quiera darse cuenta, se haya tragado ya más de veinticinto pases que valen un triunfo. Estuvo tan de verdad Miguel Tendero, tan asentado, inteligente y torero, hizo una faena tan acoplada, y desgranó por momentos un toreo tan puro por redondos y naturales de muleta planchada... que fue una pena que matara a la última. Por que matar a un toro no es entrar a toda velocidad y con todo, muleta y espada, a la vez. No es como tomarse un purgante de un trago rápido, sino hacer la suerte. Gustó también mucho con el díficil sexto a base de aguante y poderío, y ligó dos emocionantes tandas de toreo en redondo antes de volver a pegarle patadas al dinero con el estoque.


Sí mató Salvador Vega de sendas estocadas magníficas, pero apenas pudo torear. Sólo algunos lances con arte al cuarto toro de José Luis Pereda, un manso sin ritmo y muy molesto. Al primero, de un descastamiento horrible, tampoco le dejó hacer lo que sabe.

Pena y sanger para Miguel Angel Delgado. Entendió bien a un toro manso, ganando el paso en vez de perderlo para que el de Pereda no huyera, hasta que la falta de bravura del enemigo puso las cosas imposibles. Se las ingenió peor contra el quinto, cinqueño y con un pitón derecho de pavor. Fue una cuestión de falta de oficio ante un toro áspero y bruto. Sólo en la primera serie al natural, desde muy larga distancia, M. A. Delgado pudo engarzar un toreo un toreo limpio y largo. Luego cambió de pitón y acortó la distancia, y los topetazos del oponente alcanzaron muchas veces la muleta, y también al final el muslo del torero, que se cruzaba con el engaño retrasado creyendo que el toro estaba dominado, cuando en realidad era el que mandaba en la pelea. Ensangrentado y renqueante sigió toreando y lo mató con honbría y dignidad.


Parte médico de Miguel Angel Delgado: "Cornada en la cara interna del muslo derecho de 15 cms. hacía arriba y de 10 cms. hacia fuera que rompe fibras musculares del cuádriceps. Pronóstico menos grave." Fdo. Dr. Ramón Vila.


Real Maestranza de Sevilla. 10 de abril. 2º de la Feria de Abril. Dos tercios de entrada.

Toros de José Luis Pereda, mansos, sin clase y con peligro.

Salvador Vega: ovación y silencio.
Miguel Ángel Delgado: ovación y ovación tras aviso.
Miguel Tendero: ovación tras aviso y ovación.


Imagen: Miguel Tendero toreando al natural.

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