La cuarta corrida de abono era el primer compromiso serio que adquiría Jesulín de Ubrique en su vuelta a los ruedos. Y en la asistencia de público, que en Castellón supuso un serio revés para sus intereses, en Valencia mejoró obstensiblemente. Lo que no mejoró, incluso empeoró, fue el preocupante momento profesional por el que atraviesa. La desigual corrida que envió Pedro Moya tuvo el defecto de la escasez de fuerza y las virtudes de la nobleza y la calidad, pero apenas fueron aprovechadas por los actuantes.El que sí las aprovechó por momentos fue "El Fandi", porque algunos que se sienten por buennos aficionados le nieguen el pan y la sal, es un torero que sabe torear despacio y bien con el capote, y en Valencia se ha podido ver. Otra cosa es que el granadino intente rentabilizar sus esfuerzos y tire por donde más le conviene. En banderillas estuvo demasiado ventajista pero enloqueció al personal. Y con la espada un cañón.
Jesulín de Ubrique, muy desconfiado, desaprovechó dos toros con clase y fuerzas justas. "El Cordobés" pasó sin pena ni gloria. Ni tan si quiera intentó explotar los recursos de su personalidad. Que aburrimiento.
Plaza de Toros deValencia. 14 de marzo. 4º de feria. Tres cuartos de entrada.
Toros de Capea, desiguales de presencia, faltos de fuerza, nobles y con calidad.
Jesulín de Ubrique: silencio tras aviso y saludos tras aviso.
"El Cordobés": silencio y silencio.
"El Fandi": oreja tras aviso y oreja tras aviso.
Imagen: Natural de David Fandila al primero de su lote en Fallas
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