
La corrida de Zalduendo no ha ofrecido facilidades al presunto homenajeado. Su primero, justo de todo, renqueaba de atrás. Ponce los alivia con el capote, le brinda la muerte del toro a su abuelo y lo muletea con pulcritud, con facilidad, sin obligarle. En el segundo, de fuerzas mínimas, con la boca abierta desde el comienzo, torea primorosamente, muy relajado, dibujando los muletazos; enlaza molinetes, el tres en uno, abaniqueos, desplantes... Una estocada eficaz pone en sus manos la única oreja que cortó. Pero quedaba el quinto, huido y rebrincado, que por el pitón derecho no tenía un pase. Ponce es un gran maestro y lo demuestra. Pasa un mal trago pero logra una faena importante, todo por la izquierda. El toro no se deja descabellary Enrique Ponce no obtuvo trofeos; aquí ha dado la talla de figura del toreo.
Pero el triunfador de la corrida es "El Juli", en una tarde completísima. A su primero, lo deja muy crudo en varas y muestra una técnica envidiable. La estocada, volcándose, en el mismo hoyo de agujas, es extraordinaria y pone en sus manos las dos orejas. En el cuarto, suleto y flojo, muestra su dominio absoluto, dejándole la muleta en la cara. Un pinchazo en la suerte de recibir le priva de trofeos. Lo compensa en el sexto: despierta clamores su quite por zapopinas, cerrado de rodillas. Luego, hace alardes de dominio con la muelta y vuelve a matar de modo espectacular; otras dos orejas y merecida salida a hombros.
La trayectoria de Enrique Ponce muestra unas cifras espectaculares: veinte años en la cumbre; diez toreando más de cien corridas; casi mil toros...
Plaza de Toros de Valencia. 16 de marzo. 6º de feria. Lleno de "no hay billetes".
Toros de Zalduendo, noble y flojos.
Enrique Ponce: palmas, oreja y saludos tras aviso.
"El Juli": dos orejas, saludos y dos orejas. Salió a hombros.
Imagen: "El Juli" brindando su toro a Enrique Ponce.
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