
El vencedor del festejo fue Enrique Ponce, quien desorejó al noble cuarto con una faena "made in Ponce". Principio torerísimo con dobladas, cambio de mano y trincherilla de mimo excelso. Todo a media altura, pues si le bajaba la mano se desmoronaba. Pase de las flores, vuelta a su templada derecha y primaveral molinete. Silencio en la poncina, emborronada primero y luego límpida tras un cambio de mano. Sonó un aviso antes de entrar a matar , pero dejó una efectiva estocada y descerrajeó la puerta grande. Con la babosa que abrió plaza, exhibió su carné de curandero en una larga labor, en la que oyó los dos avisos al amorcillarse el animal.
También rozó la salida a hombros Cayetano, quien roció el albero con aromático torero. El tercero parecía tener problema en la vista y se cruzaba. El presidente no dudó en devolverlo. El sobrero, al que saludó con verónicas de gusto, se rajó, pero resultó muy noblote. Esa bondad la aprovechó Cayetano para torear a cámara lenta. La faena tuvo la virtud del temple y de dar el toque preciso. La trincherilla traía aroma a albahaca, y puso el colofón con ayudados por alto y una pase de la firma mirando al tendido. Lo cazó de una estocada y se ganó una oreja. En el sexto volvió a causar impresión; esplendor en el quite, disposición rodilla en tierra, perfume en la torería y estético ritmo en las series.
Plaza de Toros de Olivenza (Badajoz). 7 de marzo. 3º de feria. Lleno.
Toros de Zalduendo, (incluido el sobrero, 3º), nobles, mansos y justos de casta y fuerza.
Enrique Ponce: silencio tras dos avisos y dos orejas.
Alejandro Talavante: saludos y saludos tras tres avisos.
Cayetano: oreja y ovación.
Imagen de Enrique Ponce esta mañana en Olivenza.
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